En estos tiempos que nos ha tocado vivir, es cierto que sobresale lo mejor (también a veces lo peor) de nuestra sociedad. De entre lo positivo, siempre encontramos casos en el ámbito religioso que apuntan hacia la solidaridad.
Tal es el caso de las Monjas de clausura de diez conventos de la ciudad de Córdoba, que han elaborado 7000 mascarillas en contribución a la crisis sanitaria que estamos viviendo.
Un colectivo que siempre realiza su labor callada, arrimando el hombro hacia los más desfavorecidos, y que ha vuelto a dar ejemplo de su calidad humana y cristiana.